En los libros y certificaciones de Yoga nos enseñan que, esta disciplina surgió en el Sur de la India, y sus alrededores, y que es tan antigua como la misma humanidad. En 1931, el arqueólogo británico, John Marshall, encontró un sello, elaborado probablemente en el siglo XVII a.C., en el que se puede apreciar una figura antropomorfa con cuernos sentada con las piernas cruzadas. Se le han dado un sinfín de interpretaciones al mismo, pero una de las más difundidas es en la que, se asegura que la figura representa a Shiva quien, al estar rodeado de animales, se presenta como Pashupati (señor de las bestias) y está realizando Padmasana (Postura del Loto); por lo mismo, se dice que el yoga tiene, por lo menos, 35 siglos de antigüedad.
Sin embargo, las evidencias arqueológicas apuntan a que la humanidad surgió en lo que hoy es el continente Africano. Entonces… Si el Yoga es tan antiguo como la humanidad… ¿El Yoga no debió surgir en África? De hecho, de acuerdo a las investigaciones de Asar Hapi y Yirser Ra Hotep, en el antiguo Kemet (lo que hoy es Egipto) existen diferentes pruebas de que, ya se realizaban diferentes posturas de estiramiento y meditación, así como un sistema filosófico (o cosmovisión) enfocada en controlar la energía sutil y nuestra consciencia. ¿Cuáles eran las pruebas? Bueno, los investigadores afirman que, en muchos jeroglíficos se pueden encontrar formas antropomorfas en las que se están realizando dichas posturas.
A raíz de las investigaciones de Asar Hapi y Yirser Ra Hotep surgió el Kemetic Yoga, también conocido como Yoga Africano, AfroYoga o Afro-Egipcio, una reinterpretación moderna de lo que pudo ser el Yoga Egipcio antiguo. Una práctica que busca alcanzar la iluminación a través de diferentes prácticas que combinan el movimiento físico, el control de la respiración y la meditación. Es un estilo de yoga curativo y regenerativo que se caracteriza por diferentes series de posturas geométricamente progresivas que ayudan a alinear la columna y corregir cualquier defecto del sistema musculoesquelético. Todo, con la finalidad de aliviar el estrés, mejorar la circulación, nutrir y oxigenar todos los órganos vitales y permitir que la energía sutil fluya de manera correcta y abundante a través de todo el cuerpo.
El AfroYoga o Kemetic Yoga es un estilo de yoga que surge del análisis y estudio de los jeroglíficos que se encuentran en las paredes de los templos de Egipto; por lo mismo, las posturas que se realizan durante una clase de Kemetic Yoga suelen ser aquellas que se encuentran directamente retratadas en los mismos jeroglíficos. Son posturas progresivas, pero reducidas, en comparación con las clases de Hatha o Vinyasa Yoga. Además, durante las clases de AfroYoga se realizarán diferentes ejercicios de respiración y meditación, antes, durante y al terminar la clase.
Fuentes: yoganidra.com