Los jóvenes científicos africanos se encuentran con constantes barreras que les llevan a abandonar sus propios países e, incluso, el mundo académico. Por este motivo, la población activa del continente pierde a trabajadores muy cualificados que son de importancia fundamental para el avance científico y tecnológico, así como para el desarrollo económico.
Se estima que 20.000 profesionales de alta cualificación dejan el continente al año, y entre ellos se cuenta hasta el 30% de los científicos de África. Esta tendencia tiene por causa un gran número de factores. Entre los más extremos, se incluyen la guerra y la inestabilidad política. Sin embargo, los «motores» más comunes para el éxodo son un deseo de obtener una mayor renta y mejores oportunidades, así como la búsqueda de un entorno de investigación favorable, en el que las infraestructuras y la gestión ayuden a impulsar las trayectorias profesionales y el potencial investigador.
Para identificar todas las barreras y las estrategias de desarrollo con que abordarlas, la Global Young Academy (GYA, «Academia Global de Jóvenes») —organización compuesta por 200 jóvenes científicos de gran talento y más de 200 egresados de 83 países— estableció el proyecto Global State of Young Scientists (GloSYS, «Estado general de los jóvenes científicos») África. En colaboración con socios de investigación locales y expertos internacionales de enseñanza superior, el proyecto tiene por objeto identificar los desafíos y las motivaciones que determinan las trayectorias profesionales de los jóvenes científicos.
Nuestros primeros hallazgos apuntan a una falta de tutoría, de recursos y de financiación como problema principal al que se enfrentan los jóvenes científicos de todo el continente. Sobre la base de estos datos, podremos detectar ámbitos críticos en los que la juventud científica tiene que respaldar y desarrollar estrategias innovadoras para disminuir tales barreras. El proyecto surge en un momento muy oportuno, pues, a lo largo de los años más recientes, varios países africanos han inaugurado programas para incrementar el número de doctores. No obstante, si los Gobiernos no desarrollan de manera simultánea estructuras de apoyo para los egresados ni potencian el acceso a infraestructuras clave de enseñanza e investigación, tales jóvenes científicos están abocados al fracaso.
El proyecto Global State of Young Scientists Africa emplea una encuesta en línea (abierta a los informantes en la actualidad) y entrevistas exhaustivas para recabar tantos datos como sea posible. Analiza las motivaciones de los jóvenes científicos, sus aspiraciones profesionales y las barreras a las que se enfrentan cuando persiguen sus objetivos. Asimismo, se dirige a investigadores y académicos que han conseguido un máster o un doctorado en los diez últimos años, con independencia de su actual situación laboral y del sector al que pertenezcan. La encuesta también está abierta a los doctorandos de África, así como a los científicos y los académicos africanos que vivan en la diáspora.
Por abarcar tal variedad de participantes, los datos han de reflejar un amplio abanico de experiencias. Desde investigadores en las primeras etapas de su trayectoria que suelan viajar tanto dentro de África como a otros continentes, hasta aquellos que nunca han salido de su país natal. Desde los jefes de departamento, hasta los científicos a los que les cuesta encontrar trabajo a pesar de su alta cualificación. El equipo también está muy interesado en escuchar a los investigadores jóvenes que desempeñen su labor fuera del mundo académico, pues esto ayuda a entender por qué motivo no persiguen un trabajo en la investigación académica.
A partir de los resultados preliminares de la encuesta —obtenidos gracias a las respuestas ofrecidas por más de 700 jóvenes científicos—, hemos descubierto que, a pesar de sus diferentes orígenes formativos, los jóvenes investigadores tienen mucho en común. Entre los motivos principales por los que no persiguen una carrera profesional en el mundo académico, se encuentra la falta de tutoría, de infraestructuras, de recursos —humanos y materiales— y de financiación. También destaca un fuerte deseo de adquirir mayor formación en la solicitud de subvenciones y habilidades profesionales. Usando esta información, la GYA planea desarrollar programas para abordar los desafíos, como ya hemos hecho anteriormente.
Esta es la tercera encuesta realizada en el marco de Global State of Young Scientists. La primera consistió en un estudio internacional de jóvenes científicos procedentes de catorce países a lo largo de cinco continentes, mientras que la segunda era un estudio regional centrado en cuatro países del sureste de Asia. Un desafío principal identificado en esos dos estudios era el deseo de formarse para obtener habilidades de liderazgo. Conforme los jóvenes científicos formaban sus propios grupos de investigadores, empezaban a necesitar herramientas para abordar los retos para integrar la investigación, la enseñanza y la recaudación de fondos. Como respuesta, los miembros de la Global Young Academy desarrollaron y ejecutaron programas de liderazgo en ámbitos científicos en África y Asia, colaborando con KnowInnovation y Future Africa.
Obtener estas nuevas habilidades incentivó a los jóvenes científicos a desarrollarse profesionalmente en el mundo académico. Los participantes opinaron, por ejemplo, que los programas de liderazgo en ciencia se incluyen entre los talleres más significativos en los que han participado a lo largo de su trayectoria.
Fuentes: theconversation.com/ traducido al español por Casa África. Traducción: Ramsés Cabrera.
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